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Liderazgo e Influencia

Pablo Puccio

Todo el mundo influye a otras personas. No importa quién o cuál es su trabajo. Tanto un político, como el presidente de la nación, tienen tremenda influencia en cientos de millones de personas, no solo en su país sino alrededor del mundo.

Los artistas populares muchas veces influyen a toda una generación de personas en una o más culturas. La maestra que instruye a cientos de niños en una escuela, impacta las vidas de sus estudiantes y también afecta indirectamente a todas las personas que esos niños llegan a influenciar. Sin embargo, usted no tiene que ser importante para ser una persona influyente.

Es más, si su vida se vincula de alguna manera con otras personas, usted influye. Todo lo que hace en el hogar, la escuela, su trabajo, o en un campo de deportes, afecta las vidas de otras personas.

El filósofo y poeta estadounidense Ralph Waldo Emerson dijo: «Cada hombre es un héroe y un emblema para alguien, y para esa persona, lo que diga tiene valor adicional».

Si usted desea tener éxito o afectar positivamente a nuestro mundo, necesita ser una persona influyente. Sin la influencia, no hay éxito.

Por ejemplo, si es un vendedor que desea vender más productos, necesita poder influir a sus clientes. Si es gerente, su éxito depende de la habilidad para influir a sus empleados. Si es entrenador, solo puede organizar un equipo ganador influyendo en sus jugadores. Si desea criar una familia fuerte y saludable, tiene que influir en sus niños de manera positiva. No importa cuáles sean sus metas en la vida, puede ser más efectivo, y su contribución puede ser más duradera si aprende a convertirse en una persona influyente.

Pero la influencia no nos llega instantáneamente. Al contrario, crece por etapas o niveles. Estos son: modelaje, motivación, tutoría y multiplicación.


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