Etimológicamente la palabra griega mayéutica tiene un significado médico, que quiere graficar el acto de colaboración por parte de un tercero en el nacimiento, en el alumbramiento de un bebé (obstetricia). Pero luego de su experiencia personal vivida junto a su madre quien desarrollaba esa tarea, Sócrates modifica ese significado médico y lo orienta a su ámbito de competencia, la filosofía, focalizándolo en el arte de hacer nacer o alumbrar “al saber” a un individuo. Es decir, en este caso el maestro hace que el alumno, por medio de preguntas, vaya descubriendo conocimientos.
Me gusta la ilustración que hace del tema el mexicano Roberto Leon Santander, quien define a este proceso de la siguiente manera: “Como la partera, Sócrates lleva a cabo tres funciones fundamentales: despierta y apacigua los dolores del parto, conduce bien los partos difíciles y provoca, si es necesario, el aborto; el proceso es doloroso debido a las crueles interrogantes de método socrático, pero esto desencadena la iluminación, donde la verdad parte desde el mismo individuo.”
En otras palabras, la mayéutica consiste en la creencia de que existe un conocimiento que se acumula en la conciencia por la tradición y la experiencia. Por lo tanto, en la mayéutica se invita al individuo a descubrir la verdad que se encuentra en él latente e inconsciente. Con esto fue entonces que Enrique Pichón Rivière delineó su idea de enseñaje, del aprendizaje como un proceso unitario, como diálogo e intercambio en que los roles del que enseña y el que aprende se van alternando, ya que se valora la diversidad de saberes, lo que aporta una experiencia, una pregunta, un concepto, como caminos de conocimiento.
Toda su vida, como terapeuta, como docente, como investigador se guío por esta idea de la unidad del enseñar y el aprender, de la validez de los saberes de cada sujeto, de la indisoluble relación entre la teoría y la práctica.
Este proceso de “educación” o “formación” llamado por los griegos Paideia, se entendida en la antigua Grecia como la transmisión de valores (saber ser) y saberes técnicos (saber hacer) inherentes a la sociedad. Bajo el concepto de paideia se agrupan elementos de la gimnasia, la gramática, la retórica, la poesía, las matemáticas y la filosofía, que se suponía debían dotar al individuo de conocimiento y cuidado sobre sí mismo y sobre sus expresiones.
“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo” (Nelson Mandela)
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