¿Cómo ves la botella, medio llena o medio vacía? Lo normal es que te digan que si te sientes optimista la verás medio llena y si eres pesimista la verás medio vacía. Hay una respuesta mucho mejor y que casi siempre pasa desapercibida: está a la vez medio llena y medio vacía.
Veamos si puedo ser más claro en este concepto: si fueras a competir en una carrera, y necesitas hidratarte con una botella llena, mejor sería que no te anotes o que antes busques la manera de rellenarla. Si vas a dar solo un paseo es posible que con ese líquido tengas más que suficiente y llevar más líquido supondría seguramente una carga innecesaria. Lo importante es saber que es lo que tenemos en realidad y encontrar la forma de sacar el máximo provecho de ello.
Vamos a hacer un ejercicio muy sencillo, imagina que la botella eres tú mismo, hasta ahora siempre te has visto o como la botella medio llena (tengo una carrera, soy trabajador, soy inteligente, soy simpático), o como la botella medio vacía (no tengo experiencia profesional, mi nivel de inglés es bajo y el de chino peor todavía, soy demasiado mayor).
Hasta ahora tu solución ha sido la siguiente: “tengo que llenar más la botella, solo así podré tener éxito” y has dedicado todos tus recursos y tu esfuerzo a hacer cosas que únicamente consiguen que la botella esté más llena. Bien, ha llegado el momento de cambiar tu forma de ver las cosas y, lo que es todavía mejor, cambiar tu forma de hacer las cosas.
Para ello debes aprender a ser tú mismo, debes aprender a sacar lo mejor de ti, debes aprender marketing personal. Y esto significa que debes aplicar el marketing a ti mismo. No te preocupes, el marketing no es el malo de la película como mucha gente cree; no es engañar, no es vender lo innecesario, no es hacer gastar dinero en algo de lo que se puede prescindir. El marketing personal va mucho más allá de las ventas y la publicidad con las que se suele asemejar, es algo más complejo y a la vez más beneficioso e imprescindible.
Esta vez el producto es el más importante que existe para ti. El producto eres tú: tus valores, tu experiencia, tu temperamento, tu personalidad. También incluye otros aspectos, como aquello en lo que eres bueno, en lo que eres malo, tu reputación, las personas que conoces, lo que te motiva y lo que te desmotiva. En el marketing personal, además de las variables que junto al producto integran tradicionalmente el marketing-mix (valor, distribución y comunicación), también incorporaremos otras como la presentación y la percepción.
Está claro que el marketing ayuda a la empresa a alcanzar sus objetivos. ¿Quieres que el Marketing Personal te ayude a ti?
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