Al vivir en sociedad, estamos obligados a relacionarnos, comunicarnos y reunirnos con los demás. Así que en pocas palabras, nos mostramos al mundo día a día tal cual somos.
La marca personal es un concepto que en los últimos años ha sido motivo de diversos estudios importantes en disciplinas como la psicología, el marketing, la comunicación, la publicidad, etc. El Marketing Personal debe trabajar en conjunto con la marca personal, puesto que esta modalidad del marketing tradicional lleva a cabo la elaboración de un perfil individual siguiendo objetivos determinados. Estos objetivos pueden ser múltiples, pero el más común es el de obtener trabajo.
Los reclutadores de las más famosas compañías en el mundo suelen tomar en cuenta muchos datos que van más allá de los logros profesionales; la imagen personal suele ser relevante a la hora de tomar una decisión. Construir tu imagen personal debe ser un tema de cuidado, ya que tu reputación profesional y hasta personal, si es negativa, puede traerte muchos dolores de cabeza y malos ratos.
Por ello, empieza a ser común que trabajemos por iniciativa propia nuestras aptitudes, que desarrollemos y mostremos al mundo nuestras habilidades no sólo como parte de nuestra rutina profesional –dentro de los horarios previstos para este fin- sino fuera de esta esfera. Estos conocimientos que mostramos en artículos, foros, redes sociales, contribuyen a que generemos una marca personal en torno a nuestra experiencia y habilidad. Todo ello nos permitirá destacar y ser reconocidos dentro de nuestros ámbitos.
Mostrar que tenemos habilidades y dejar claro cuáles son, es el primer paso para ser un referente en nuestro campo de trabajo o en aquellas áreas donde están nuestros intereses y donde podemos volcar nuestros aprendizajes. Trabajar nuestro marketing personal nos permitirá desarrollar estos aspectos desde una buena planificación y con claros puntos de partida.
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