El Psicólogo Social es el encargado de provocar las condiciones necesarias para que los sujetos sean los protagonistas de un proceso de aprehensión de su propia realidad, con la intención de que ellos mismos puedan modificarla.
La mayoría de las veces la fantasía que asalta a propios y extraños es que el Psicólogo Social ha de llevar la solución a un grupo operativo. Sin embargo, lo que este hace en realidad es crear una estructura de diálogo, de intercambio, desplegando técnicas para que ese conjunto humano pueda por sí solo concebir soluciones que hasta el momento no se le habían ocurrido, resolviendo así las necesidades concretas de esa trama vincular.
Para que ello ocurra, la comunicación es la principal herramienta a utilizar, porque sobre la misma transita todo: los conflictos, las diferencias, los obstáculos y la posibilidad de superarlos. Es así que el primer objetivo del Psicólogo Social será que la comunicación se mantenga circulando dentro del grupo operativo, cuidando y abriendo diferentes canales de conexión.
El segundo objetivo de un Psicólogo Social es que se superen situaciones dilemáticas. Sabemos fehacientemente que cuando existen problemas esta situación genera dilemas, como producto de los miedos básicos: el miedo a la pérdida o el miedo al ataque. Y la superación de estos solamente se logra con el intercambio, con la relación; abriendo la mayor cantidad de significaciones posibles y como dijimos anteriormente, impulsando todos los canales de comunicación que sean necesarios para lograrlo.
El tercer objetivo que persigue un Psicólogo Social es el de señalar obstáculos; a veces con solo esto alcanza para desentrañar un problema. En otros casos más complejos necesitará realizar una interpretación sobre cuáles serían las causas que originan el obstáculo o problema.
Es por ello que decimos que ante todo problema no existe una causa, sino muchas. Y no tiene solo una significación, también posee muchas.
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